D'adderio, Hugo
Dibujante argentino, nació en la ciudad de Rosario, Provincia de Santa Fe el 17 de noviembre de 1921.
De muy niño se radicó en la Capital Federal, cursando estudios Escuela Nacional de Bellas Artes Plásticas Manuel Belgrano hasta el tercer año, fue autodidacta.
A los 17 años ya publicaba sus trabajos en un diario vespertino de la Capital, ilustrando guiones propios.
Su labor lo llevó a destacarse en las revistas de la Editorial Columba.
Su época de mayor contacto con la historieta se da a partr del surgimiento de la revista Intervalo en 1945, para la cual realizará versiones de obras célebres como “Miguel Strogoff” (1945), “Crimen y Castigo”, “Los Miserables” (1946), “Hamlett y Rey Lear”, ambas de 1947, y posteriormente “Cyrano de Bergerac”, “Los Novios” o “Rojo y Negro”
En la mayoría de los casos la técnica utilizada era la de pluma y pincel, con predominio de la primera, pero en determinados casos como por ejemplo “La ajorca de oro”, publicada en el Album de Intervalo correspondiente a agosto de 1953, D’Adderio empleaba un procedimiento que el dominaba a la perfección conocido como dibujo “al lavado”, una variante de la aguada que requería gran habilidad, paciencia y prolijidad por parte del ejecutante.
Desde 1950 y durante gran parte de los años en que la publicación tuvo frecuencia semanal D’Adderio fue el encargado de realizar las portadas de Fantasía, tarea que cumplió también en los años setenta en la revistas Fabián Leyes y El Huinca, para las cuales dibujó asimismo varias historietas. En este repaso de su actuación profesional, cabe consignar igualmente que fue colaborador de Billiken, donde en 1959 ilustraba la sección “El niño y la música” y también distintos temas didácticos que desarrollaba la revista, mientras que en el campo docente fue, en 1952, uno de los primeros integrantes de la Escuela Norteamericana de Arte, luego la famosa Panamericana.
Asimismo no pueden olvidarse las ilustraciones que realizaba de manera magistral, para obras cumbres de la literatura universal, tales como Hamlet, El Rey Lear y Cyrano de Bergerac, en las que supo poner de manifiesto un profundo estudio psicológico de los personajes.