Cristiani, Quirino
Caricaturista italiano, nació en Santa Giuletta - Italia el 2 de julio de 1896 y falleció en Bernal- Pcia. de Buenos Aires el 2 de agosto de 1984.
Hijo de Luigi Cristiani (empleado municipal) y de Adele Martinotti (ama de casa), tenía cuatro hermanos. Cuando su padre perdió su empleo decidió irse a Ámerica en busca de un mejor futuro y se mudó con su familia a Buenos Aires, Argentina, en el año 1900.
En su adolescencia, Quirino mostraba pasión por el dibujo. Hizo un breve curso en la Academia de Bellas Artes y pronto encontró trabajo dibujando caricaturas para los diarios, que en esa época publicaban muchas historietas y sátiras políticas.
En 1916 fue contratado por Federico Valle para dibujar caricaturas e incluírlas en sus películas informativas de cortometraje. Ante la indicación por parte de Valle que no admitiría imágenes fijas en sus filmaciones, Cristiani debió idear una manera de darle movimiento a sus dibujos. Con estas influencias fue que desarrolló las técnicas de la animación que le permitieron realizar en 1917 el primer largometraje de dibujos animados de la historia, El Apóstol. El largometraje fue producido por el propio Valle y financiado por el dueño de la cadena de cines (de apellido Franchini), dónde se proyectaría la película. En 1918 realizó el segundo largometraje, Sin Dejar Rastros, que fue secuestrado por la policía por motivos de alta diplomacia. A raíz de este incidente perdió mucho dinero.
En ese tiempo volvió a dibujar caricaturas e historietas para los periódicos, pero en vista que el ingreso monetario no era suficiente para mantener su familia comenzó un nuevo negocio. Éste consistía en recorrer aquellos barrios de la ciudad que no tenían cine y proyectar películas en una pantalla al aire libre. El Public-cine, como él lo llamó atrajo a muchas personas, sin embargo, las autoridades municipales opinaban que interrrupía el tráfico y perturbaba la paz y le clausuraron el negocio.
En el año 1927, la empresa cinematográfica estadounidense MGM lo contrató como director de publicidad de la filial argentina. Paralelamente fue formando sus propios estudios.
En 1931 estrenó Peludópolis, el primer largometraje de animación sonoro. El largometraje le produjo grandes pérdidas económicas.
Ante la imposibilidad de competir con Disney, dada su mayor tecnología y capacidad presupuestaria, el laboratorio de Crsitiani se dedicó al doblaje y subtitulado de las películas extranjeras.
En 1941, Walt Disney viajó a la Argentina ante el estreno de Fantasía. El empresario estadounidense al conocer la obra de Cristiani le ofreció empleo en sus estudios, pero el argentino lo rechazó. Sus laboratorios se habían convertido en uno de los más importantes del país y no quería dejar su empresa para viajar a los Estados Unidos.
Dos incendios, uno en 1957 y el otro en 1961 destruyeron todas sus películas, con la única excepción de "El Mono Relojero", la única que se conserva en la actualidad.
Después del incendio Cristiani se retiró y fue olvidado por un largo período, hasta que en los años 80 se le rindieron homenajes tanto en la Argentina como en Italia.