Muestras
LAS CONQUISTAS de lo EFIMERO.
Las CONQUISTAS de lo EFÍMERO
Curaduría: Sandra Szir
Asist.de Curaduría: Victoria Martín Reyes
Entre el 23 de junio y
el 1 de octubre de 2023
PRESENTACION
En el mes de octubre de 1898, comenzó a publicarse en Buenos Aires el semanario ilustrado Caras y Caretas, un periódico que operó en su tiempo en la transformación de la cultura visual local. Con innovaciones materiales y visuales y un modo directo e informal de comunicarse con el lector, presentó a través de diversos géneros discursivos, contenidos misceláneos de actualidad política, humor, literatura, divulgación científica, noticias sociales, publicidad.
Exhibía una amplia profusión de imaginería, con cubiertas coloridas, fotografías y caricaturas, se caracterizó por la utilización sostenida de los procesos de reproducción tecnológica que autorizaron una disponibilidad masiva de imágenes para un público amplio imponiendo una mayor presencia visual en el contexto material de la cultura urbana de entre-siglos.
Esta singularidad se apoyaba en las condiciones materiales de producción disponibles en la industria tipográfica del momento, en el amplio desarrollo de la prensa en el siglo XIX así como en el crecimiento de la alfabetización, las prácticas lectoras y la avidez del público de mirar y consumir imágenes. En sus hojas de papel de calidad efímera Caras y Caretas conquistó en forma durable a miles de lectores que se identificaban con sus temas y modos de representación. Fue así, un artefacto cultural que articuló la transición entre la comunicación gráfica periódica del siglo XIX y las innovaciones de las revistas del siglo XX.
El semanario tuvo efectos significativos en el proceso de masificación de la cultura visual, en las transformaciones del paisaje cultural de la modernidad, ya que numerosas revistas se apropiaron de su formato y modalidades de comunicación y multiplicaron la circulación de imágenes impresas. Pero además, la proliferación iconográfica se produjo en muchos otros objetos con imágenes en diversos soportes, formatos, estéticas y usos, dadas las condiciones tecnológicas que Caras y Caretas ayudó a generar y consolidar.
Esta exhibición se propone desplegar un conjunto de impresos ilustrados de diverso carácter. Hace foco en Caras y Caretas y sus modos de producción, pero abarca publicaciones anteriores, ya que éstas constituyen un claro antecedente como medio de difusión y comunicación visual y presentan un sentido significativo en tanto dispositivos de representación social y de difusión de imágenes. Se exhibieron además sus procesos de fabricación como tema histórico de indagación en sí mismo, que permite además recordar los sujetos sociales -a menudo anónimos- que intervinieron en ellos, contextualizando por otra parte los efectos y alcance de su consumo.
La exposición tiene un carácter histórico y se desarrolla básicamente en tres núcleos:
1) El primero de ellos muestra las publicaciones periódicas ilustradas del siglo XIX, desde 1835 hasta fines del siglo. Títulos como Museo Americano, Revista del Plata, Correo del Domingo, La Ilustración Argentina, El Mosquito, El Sud-Americano ejemplifican con sus litografías una amplia imaginería producida a través de diversas estrategias de representación.
Desde los primeros periódicos ilustrados argentinos se sucedieron diversos títulos que involucraron eventos de actualidad, literatura, pensamiento político, temas científicos, crónicas históricas. Respondieron a la curiosidad visual del público acerca de lugares lejanos o personajes conocidos, y los pusieron a disposición para audiencias más amplias que podían verlos por primera vez bajo los paradigmas del momento.
La ideología del progreso impulsó, en esos impresos, discursos y prácticas de mirar, con funciones simbólicas y documentales. Lejos del dominio del fotoperiodismo del siglo XX, los periódicos del siglo XIX invocaron tecnologías disponibles, grabados artísticos y comerciales para reproducir sus imágenes. Emplazaron ilustraciones gráficas en sus páginas y establecieron un régimen visual de ilustración de noticias en un conjunto extenso y heterogéneo de iconografias, materialidades y rasgos visuales diversos con un predominio de la tecnología litográfica.
2) El segundo núcleo presenta ilustraciones originales de Caras y Caretas en su formato preparatorio para ser impreso, junto con su ejemplar publicado. Sin intención de jerarquizar el original en relación a su versión reproducida, el objetivo es mostrar el proceso de producción y los modos cómo cambia perceptivamente la imagen cuando se acompaña de un texto y una puesta en página, o cuando el original es blanco y negro y el color se añade en la impresión.
De igual modo se exhibieron fotografías originales de Caras y Caretas del Archivo General de la Nación, junto con la página de la revista en la que esa fotografía se publicó, procedimiento que muestra el ajuste de encuadre elegido y el viraje que el proceso del fotograbado impone con su estética de puntos y grises. Nuevamente vemos cómo el emplazamiento en el contexto de la puesta en página puede discutir el sentido de la fotografía aislada.
3) El último núcleo muestra una gran cantidad de objetos e imágenes gráficas que comienzan a circular en forma masiva en todos los ámbitos de la vida social. Tajetas postales, afiches, etiquetas, gran cantidad de revistas ilustradas, publicidades, marquillas de cigarrillos, figuritas, conforman un universo conocido como ephemera gráfica.
Objetos por lo general destinados a ser descartados luego de un uso específico, perduraron en colecciones públicas o privadas y no suelen ser objeto de exhibición de los museos, ni suelen ser atendidas por los estudios académicos.
Sin embargo, formaron parte de la vida cotidiana del pasado, generaron experiencias visuales significativas, y sus imágenes comunicaron sentidos sociales, políticos, culturales. Este hecho, que nos resulta familiar y al mismo tiempo diferente al de nuestra propia época, constituía para la sociedad del momento una coyuntura novedosa. En la investigación académica se han estudiado solo aspectos parciales y raramente se conocen estas piezas más allá de un coleccionismo aficionado. Esta exposición considera varios problemas vinculados al impacto de este proceso en la cultura visual.
En los tres núcleos, y sin intención de señalar una determinación tecnológica se mostraron los procesos de producción y se explicaron visualmente algunas técnicas (litografía, cromolitografía, fotograbado de medio tono -halftone-) y se vieron imágenes que dieron cuenta del creciente consumo visual entre fines del siglo XIX y comienzos del XX.
Hablar de tecnología de reproducción de imágenes permite un acercamiento a la materialidad de los objetos y a su vez habilita la consideración del mundo gráfico habitado por impresores, litógrafos, grabadores, coloristas, y otros técnicos de los cuales se sabe muy poco. En el contexto del proceso colaborativo que supone la cultura gráfica estos sujetos, con sus saberes, cultura visual y sus prácticas del hacer, intervinieron directamente en el resultado estético de los impresos.
La exhibición propuesta pretende mostrar el rol cultural, estético y social que la imagen reproducida tuvo en el siglo XIX y los comienzos del XX, pero también pone en escena lo que imágenes y palabras hacían conjuntamente proponiendo sentidos vinculados en las páginas impresas de las revistas, en publicidades y otros objetos gráficos de carácter masivo.
Abordar la imagen impresa en su sentido cotidiano, popular, industrial permite acercarse a problemas formales, técnicos, estéticos, culturales, materiales. Mostrar las relaciones entre tecnologías de reproducción de imágenes puede implicar la revisión de categorías como culto y popular, bellas artes, artes decorativas y artes aplicadas, arte y comercio, único y múltiple, mayor y menor, ya que los sentidos culturales, y las experiencia visuales significativas de los espectadores ponen en tensión esas fronteras.
Sandra Szir
Curadora