Bermúdez Franco, Antonio

Bermúdez Franco, Antonio

Caricaturista, artista plástico e ilustrador, nació en Capital Federal, en pleno barrio de San Telmo un 29 de septiembre de 1902 y falleció el 25 de septiembre de 1974.

Empezó a dibujar siendo muy niño; sus juguetes predilectos fueron las líneas, con las que armó sus primeras caricaturas.
  A los  catorce años la editorial Peuser publicó un álbum de caricaturas, en el que ya se ubicaba dentro del estilo modernísimo, por pura intuición, porque en ese entonces, todavía no conocía a los grandes maestros alemanes, ni a los españoles, como el genial  Bagaría.
Fue alumno de dibujo del gran maestro Eugenio Daneri, gloria del arte argentino.  Siendo adolescente realizó una exposición en Río de Janeiro, colaboró en la revista Atlántida y participó en el primer Salón de Humoristas realizado en Buenos Aires, por obra de los famosos Pelele y Columba, con un conjunto  de caricaturas de políticos y escritores argentinos.

A los 18 años viajó a Madrid, lo que le permitió vivir durante casi dos años en el ambiente artístico, estudiar el maravilloso Museo del Prado, y trabar una gran amistad con Bagaría, el talentoso maestro catalán, además de concurrir a las peñas adonde asistían  muchos de los grandes de esa época y conocer   entre ellos a  Marañón, que calificó a sus caricaturas de “interpretaciones”, a Ortega y Gasset, y Pérez de Ayala entre otros.
Al regresar a su patria se radicó en la provincia de San Juan, donde inició una nueva búsqueda artística .  Comenzó a trabajar intensamente sobre el apasionante tema del Valle de Tulum.De ahí surgieron una serie de acuarelas sobre personajes autóctonos de Tulum  que recorrieron Madrid, París y Roma, con significativos elogios de la crítica.
Por supuesto que la caricatura no la abandonó y en 1926, al realizar una exposición de caricaturas en el ex Salón Chandler de Buenos Aires, suscitó una polémica entre los críticos, de la que nació su amistad con Ricardo Guiraldes y su ingreso a los grupos Proa y Martín Fierro.   En esta época comenzó una franca amistad con José Sebastián Tallon (cuya caricatura se encuentra en el Café Tortoni), los hermanos González Tuñón, Evar Mendez, Benito Quinquela Martín, que lo llevó al  famoso Café donde se creó La  Peña del Tortoni, siendo socio fundador de la misma, trabando amistad con Fernández Moreno, Francisco Luis Bernárdez, Juan de Dios Filiberto, César Tiempo, José de España y tantas otras figuras célebres del arte y la literatura.
De este año datan sus colaboraciones, como caricaturista, en Crítica y Atlántida.

En el año 1927, el entonces Ministro de Instrucción  Pública, Antonio Sagarna lo interesó a dedicarse a la enseñanza para así poder pintar, y es así que lo nombró profesor de Dibujo en la Escuela Normal y en el Colegio Nacional de San Rafael - Mendoza.
Allí  comenzó una entrañable amistad con Alfredo R. Bufano y  Fausto Burgos y conoció a Josefina. Butti, hija de Don Servando Butti, reconocido pionero de San Rafael, con quien se casó en 1930  y nacieron sus tres hijos, Leonardo, Rubén y Norma .
Durante su larga permanencia  (más de 23 años) en ese privilegiado valle, pintó, escribió y enseñó. Fueron sus alumnos, entre otros, Juan Solano, Luis Iverna Codina, Antonio Salonia, Ernesto Uelschi, Luis Ricardo Casnati, Nélida Salvador.
Durante esos años sanrafaelinos llegó a realizar diez exposiciones individuales en los Amigos del Arte de Buenos Aires, colaboró en La Nación y Atlántida y obtuvo en el Salón Nacional de Acuarelistas el Premio Concejo Deliberante con el “Tríptico de Tulum”.En el año 1941 fue invitado por el Instituto Nacional deEstudios de Teatro para dar una Conferencia en el Teatro Nacional Cervantes que versó sobre el tema:”De lo regional  a lo universal: expresiones cuyanas para el teatro argentino “.

Después de 23 años  de servicios continuados en La Escuela Normal y el Colegio Nacional de San Rafael y de sufrir un sorpresivo traslado al Colegio Nacional de Paraná - Entre Ríos, fue dejado “cesante”, injustamente, en el ejercicio de la docencia y se vio obligado a trasladarse a Buenos Aires, con su familia, regresa poco después a  San Rafael, más tarde a Mendoza y finalmente decide recalar nuevamente nuevamente en Buenos Aires.
En 1956 es reincorporado en todas sus cátedras, en Capital Federal, jubilándose en 1963.A pesar de todos lo avatares por los que pasó, continúo dibujando y pintando, incorporando a la caricatura nuevos valores plásticos y fruto de ese trabajo fue su exposición, en 1964, en la Galería Witcomb, de Buenos Aires, muestra que tuvo una gran repercusión ya que elevó la caricatura a arte plástico mayor al realizar, la mayoría de ellas al óleo.

Continuó trabajando y en 1973 realizó sus últimas exposiciones de  magníficas caricaturas, en el Museo de Arte Moderno de Mendoza y en  el Museo de Bellas Artes de San Rafael, casi todas las obras expuestas, fueron adquiridas por personalidades de esos lares.Se encontraba elaborando otra exposición y escribiendo ensayos, que no llegó a publicar, cuando lo sorprendió la muerte.

Figura en la Enciclopedia  del Arte de América, de Omeba, en la Gran Enciclopedia Argentina de Diego Abad de Santillán, en el Diccionario de Artistas Plásticos de la Argentina de Adrián Merlino, entre otras publicaciones.